Carta Abierta a mis Jóvenes Colegas
Lic.. Jorge Garaventa*
Queridas psicólogas, queridos psicólogos..estudiantes: tengo el orgullo de estar
transitando hacia el 35 aniversario en el ejercicio de la Psicología, una
disciplina apasionante, generosa y agradecida.
Es verdad que su entrega no es incondicional; muy por el contrario, suele ser
exigente en las condiciones. Es necesario un convencimiento vital, empeño y
dedicación, sobre todo por aquello que decía uno de nuestros maestros…estamos
hablando de aquello que vamos a hacer toda la vida.
Hay momentos en que parece mostrarse esquiva. Siempre pensé que era su forma de
probar nuestras convicciones. Y no lo digo hoy que tengo la fortuna de ejercer
plenamente. Fue la batería que pude recargar en los momentos difíciles, que los
hay…y muchos…pero al final siempre regala recompensas.
Hablaba de la fortuna del ejercicio. Ese es un tema a definir previamente porque
justamente la fortuna del ejercicio, y valga la redundancia, es la única
garantizada. La otra solo viene por añadidura en algunos casos. No ha sido el
mío, pero si el de otros.
Los primeros pasos garantizan los siguientes, pero sin ser fatalistas, ya que
bastante fatal suele ser la vida y siempre es posible revisar y corregir.
Cada quien hará lo que pueda desde los comienzos mismos pero si apostamos a
nuestra profesión, prontamente se hará amigable. No podría predicar con el
ejemplo pero si compartirlo. Decidí, una vez recibido, que tan solo iba a
trabajar como psicólogos. Me costó fuertes privaciones de toda índole, supe
hasta lo que significaba racionar la comida, busqué changas
complementarias…durante un buen tiempo durante el día era el Lic. Garaventa y
por las nochecitas limpiaba oficinas en la calle Alem, que era el Puerto Madero
de entonces. Pero, ¿saben que? Nuestra fauna es generosa, y un dia salta la
liebre. Y así fue. Y empecé a manejar con confianza el colectivo que se fue
poblando de pasajeros, hasta esta realidad de hoy donde trato de que se aprieten
un poquito pero que nadie quede afuera.
No es solo voluntad, es convicción, al punto tal que en algún momento hasta se
confunda nuestra persona con el rol…ya vendrá nuestra terapia personal a poner
las cosas en su lugar, pero mientras tanto es la mejor promoción. No hablo, que
quede claro, de andar interpretando a todo el mundo sino del orgullo de gritar
que uno es psicólogo y que quiere ejercer. Una pasión que se trasmita a quienes
estén en condiciones de aportarnos…o de acompañarnos, que tampoco es poco.
Al principio quedamos encapsulados en el arbitrio de quienes nos han formado y
hasta podemos suponer, casi con fanatismo, que es lo óptimo. Tal vez sea una
buena herramienta en el principio. Recuerdo un docente que aconsejaba: sean
ortodoxos en sus comienzos. Conocen una técnica. Apliquenlá ciñendose a un
encuadre que seguramente dará contención a nuestras experiencias e
inseguridades.
Después vendrán otras etapas. El campo de nuestras teorías y técnicas es vasto,
y es bastante difícil afirmar que alguna tiene la suma del saber y la
eficiencia. Es necesario abrirse al conocimiento y empezar a saber de que se
trata. Personalmente practico el psicoanálisis, pero ha sido un punto de
llegada, un largo recorrido transitando técnicas y teorías que me trajeron a
este destino.
Todo exige formación y empeño. Incluso el eclecticismo. Hay que saber que paso
se da, porqué y para que. Estamos trabajando con la salud y la vida de los
semejantes. Nada puede quedar librado al azar.
Aquel famoso trípode de antaño sigue vigente: terapia personal, supervisión y
seminarios…formación permanente.
El título nos habilita al ejercicio una vez que tenemos la matrícula, no pide
nada extra. La Ética si.
Es verdad que la formación de post grado puede tornarse onerosa y superar las
posibilidades de quienes se inician, pero también es cierto que las
instituciones ofrecen opciones interesantes e Internet ha dinamizado las
posibilidades de formación por un lado, y de pensar con otros, por otro lado.
La psicología es una profesión que se ejerce en soledad pero que necesariamente
hay que transitar acompañados porque produce tanta alegría como dolor
extremo…solos no se puede.
Bueno, esto, modestamente trasmitirles que es difícil, pero posible y que la
elección de nuestra carrera cuando anida en la vocación, nos promete uno de las
aventuras mas bellas…no todo es bueno, pero lo bueno es tan bueno que finalmente
justifica cualquier sacrificio…al menos esta es mi aventura de ser psicólogo…la
recomiendo…cariñosamente la recomiendo.
*Psicólogo