IV Congreso Mundial de Estrés Traumático
"Trauma y Comunidad"
Perspectivas y Respuestas Globales
Conferencia
Diversidad sexual: naturalización del maltrato y daño psíquico. Una mirada clínico- política
Lic. Jorge Garaventa
Dos aclaraciones:
1) a fin de facilitar la comprensión utilizo el genérico masculino.
2) 2) aunque no es la correspondencia correcta cuando utilizo la expresión “colectivo homosexual” me refiero a GLTTTBI, (gay, lesbianas, travestis, transexuales, transgénero, bisexuales, intersexuales)
En la sociedad del riesgo (Beck,U.1998) de la cual formamos parte, la tolerancia no es una administradora de circunstancias y sucesos tranquilizantes o aseguradores que serían los único pertinentes y aforados para quienes sobrevivimos en dicha sociedad. La tolerancia, que demanda elasticidad constituye un esfuerzo extra y se torna un plus agobiante para quienes asumimos los costos de las “ nuevas patologías” que estadísticamente desordenan lo que sabíamos. Si a ello añadimos la problemática suscitada por hombres que quieren ser mujeres y por mujeres que quieren ser hombres cambiando lo que ya había sido dado, alterando el orden instituido y atropellando las convenciones sociales añadiremos complicaciones. Un modo de encarar ese problema reside en escudarrnos en lo que hemos estudiado y estamos convencid@s que no hay necesidad de revisar si lo que aprendimos nos servirá o no para entender el tema; o quizás seria pertinente crear nuestras propias pautas-con el lenguaje más novedoso posible -para decir que –sin animo de discriminar - se trata de gente otra. Siempre se puede ensayar la pregunta:”¿-usted dejaría que su hijo fuese a pasar un fin de semana con un compañerito cuyos padres viven como una pareja homosexual?….” Interrogante del orden de lo agitativo que apela a los suburbios tenebrosos y temidos de las ansiedades y fantasías personales; está destinado a embarrar la cancha, metáfora sensible para tramitar las oquedades que el tema convoca, sin posicionarlo en el ámbito de una construcción teórico-política. Se asemeja a un antiguo desafío que se hizo famoso tiempo ha:”¿Usted aceptaría que su hija se casara con un judío? Porque no vamos a discriminar pero tampoco pensemos que son como nosotros…”
Eva Giberti- TRANSGENEROS, ¿PSICOPATOLOGIA Y / O BIOETICA?-
Mi agradecimiento a los organizadores de este evento de fundamental
importancia. Doblemente agradecido por la confluencia de la invitación a ocupar
este espacio mas la incondicionalidad acerca del tema y las formas de
desarrollo. Debería ser una cuestión que discurre naturalmente pero
lamentablemente aún hoy sorprenden los lugares donde las invitaciones son a
desarrollar el libre pensamiento sobre todo en temas como el que aquí se plantea
acerca del cual prejuicios y discriminaciones son moneda corriente.
Habrá un intento de conceptualizar entonces ya que, tan proclive a la opinión,
lo que nos convoca hoy hace también un llamado a la construcción de teoría.
Responder desde los fundamentos científicos a los interrogantes que nos plantea
la realidad social e individual es deber y derecho.
La otra vertiente es que como seres socializados construimos pensamiento e
ideología. Esto completa lo que promete el título. Veré de dar una impresión
clínico- política, habiendo derribado hace ya tiempo el prejuicio acerca de que
ciencia e ideología marchan por distintos carriles.
Si el investigador tiene en claro y explicita cual es el marco ideológico del
que parte facilita al escucha o lector la comprensión de lo planteado y habilita
el juego de las refutaciones en el transcurso de lo cual se va construyendo
doctrina científica.
Reivindico entonces el derecho a la diversidad sexual y su pleno ejercicio, a
portar la identidad que cada ser considere pertinente y adecuada y sostengo la
diversidad sexual como ajena a toda categoría psicopatológica. Cualquiera de
estas cuestiones que sean negadas pueden ser encuadradas dentro de lo que
denominamos violencia de género.
Finalmente para terminar de definir la perspectiva teórica desde la cual planteo
mi actividad clínica y mis investigaciones podría definirlo como el ejercicio
del psicoanálisis al que he incorporado la perspectiva de género.
¿ Cuál es la razón para que el tema de la diversidad sexual recale en un
congreso de estrés traumático?. ¿Hay algo en su especificidad que habilite esta
pertinencia?
Pensando la historia del colectivo homosexual podemos decir: la existencia
misma.
Parte de la respuesta puede empezar a deducirse cuando observamos la sub
denominación de este encuentro: “ Trauma y Comunidad”.
La historia entre la comunidad como un todo y este sub sector ha sido siempre
conflictiva con el resultado evidente de distintas formas de violencia directa o
simbólica de la cual el colectivo diverso resultó irremediablemente víctima.
Vale aquí un paréntesis. Dije antes que abordaba el ejercicio de mi profesión
desde una perspectiva de género. Efectivamente esa mirada nos permite apreciar y
comprender las relaciones de poder que aloja la sociedad. El estudio de género
permitió en principio visibilizar el sometimiento de la mujer y por extensión
las niñas y los niños al “natural predominio masculino” y pudo luego extenderse
a revelar la violencia que el padre social ejerce sobre otras minorías, por
ejemplo hacia el colectivo homosexual.
Hay dos colegas a quienes debo reconocimiento en mi formación cuya especificidad
se fue consolidando a través de la participación en los foros electrónicos,
fundamentalmente Ética y Psicología. Me refiero en primer lugar al Lic. Jorge
Horacio Raíces Montero, un adelantado en la conceptualización de la problemática
GLTTTBI. Con empeño y solidez teórica fue logrando en los distintos espacios de
participación derribar prejuicios pseudo científicos y ubicar la discusión en
términos respetables. Hoy resulta natural debatir estos temas en congresos,
jornadas y sitios virtuales. Hace apenas unos años, no mucho mas de cinco se
encontraban ausentes en las agendas o apenas presentes en los capítulos de
perversiones sexuales.
La otra persona que ha hecho aportes de alta valía en el tema es la Lic. Eva
Giberti, maestra y amiga, quien desafiando a la ciencia oficial y poniendo en
riesgo su prolijamente construido y merecido prestigio se atrevió a empezar a
investigar y hablar de estas “otras normalidades”.
Se desprende claramente que la discriminación que la comunidad ejerce sobre el
colectivo homosexual abrevaba razones en construcciones teóricas al servicio de
negar la diferencia.
Elisabeth Roudinesco en “La Familia en Desorden” muestra la intolerancia,
prejuicios y persecuciones hacia los homosexuales en las sociedades
psicoanalíticas. La autora excluye a Freud de quien recuerda que sostenía que
los grandes creadores eran homosexuales y que no solo no incluía la
homosexualidad entre las taras o anomalías y consideraba que todo sujeto era
susceptible de hacer esa elección.debido a la universalidad de la bisexualidad
psíquica.
Según ella. “ Sujeto trágico, el homosexual freudiano encarna una especie de
ideal sublimado de la civilización.”
En palabras de Freud: “la homosexualidad no es, desde luego, una ventaja, pero
no hay en ella nada de lo cual avergonzarse: no es un vicio ni un envilecimiento
y no podría calificársela de enfermedad; nosotros la calificamos como una
variación de la función sexual provocada por una interrupción del desarrollo
sexual. Muchos individuos sumamente respetables, de los tiempos antiguos y
modernos, fueron homosexuales, y entre ellos encontramos a algunos de los más
grandes hombres”...”Perseguir la homosexualidad como un crimen es una gran
injusticia y también una gran crueldad”. Finalmente el maestro vienés afirma que
es inútil intentar convertir a un homosexual en heterosexual. Lo precedente era
afirmado por Freud en una carta a una madre norteamericana preocupada por la
homosexualidad de su hijo.
Cada sector componente de la diversidad sexual inscribe una conflictiva propia
pero la patologización, el prejuicio, la violencia y el crimen es común a todos
los estratos del citado colectivo..
Como es harto sabido tanto la Organización Mundial de Salud como la Asociación
Americana de Psiquiatría retiraron la homosexualidad del listado de enfermedades
mentales. Esta última y su famoso manual DSM- Manual Diagnóstico y estadístico
de Desórdenes Mentales excluyeron finalmente el concepto de perversión.
Estas decisiones no fueron en realidad producto de profundizaciones teóricas
sino decisiones políticamente correctas, acordes a las presiones que las
organizaciones de activistas ejercían en el seno social. El pensamiento medio
profesional se modificó poco refugiándose en controvertidas elaboraciones
doctrinarias.
Roudinesco insiste en que los discípulos y herederos de Freud fueron sumamente
intolerantes hacia la homosexualidad. “ Cuenta que en 1921, respaldados por
Abraham los berlineses se negaron a otorgar a los homosexuales el derecho a ser
psicoanalistas. Otto Rank, firmemente acompañado por Freud se opuso a la medida
mientras que Ernest Jones manifestaba que la homosexualidad era un crimen
repugnante: y que si uno de nosotros lo cometiera atraería sobre todos un grave
descrédito.
Ana Freud, ferviente opositora al ingreso de los homosexuales sostenía que una
cura exitosa debe encauzar a un homosexual por el camino de la heterosexualidad.
Lacan, a diferencia de sus colegas de la IPA en 1964 abre su escuela a los
psicoanalistas homosexuales.
Estos avatares de gay y lesbianas perfectamente aplicable al resto de las
identidades es tan solo un mostrario del vía crucis homosexual en cualquier área
donde se intente observar su inserción. Podrá aducirse que esta mirada está
impregnada de victimización. La teoría de género nos enseña que primero se debe
señalar con absoluta claridad a víctimas y victimarios, amos y esclavos y que
únicamente luego de establecida esta categorización podemos emplear diluyentes
como las corresponsabilidades o las dialécticas. En nombre de no revictimizar se
consolidan socialmente abusos y maltratos.
La diversidad sexual va conquistando espacios, mas no gratuitamente. Las leyes
van marcando senderos conquistados por el activismo que la comunidad suele
tolerar pero no acompañar aunque en algunos casos ocurre que una reivindicación
mayor trae aparejada la aceptación de una menor que producía resistencias.
Un claro ejemplo es lo que ocurrió con la ley de Union Civil Porteña. Los
rechazos que generó su promulgación se esfumaron cuando la CHA, Comunidad
Homosexual Argentina, lanzó la campaña por la adopción. El discurso opositor sé
reacomodó de inmediato: “ Nos parece aceptable que formen parejas y las
legitimen a través de la Unión civil, pero es totalmente inadecuado que se les
permita adoptar niños que necesitan, para un desarrollo sano la presencia de un
padre y una madre con clara diferenciación anatómica.”
Raíces Montero refiriéndose a la transexualidad establece situaciones claramente
equiparables al resto del colectivo referido: “No es casual que muchas personas
Transexuales, eviten marcadamente, solicitar ayuda terapéutica o implementar
consulta con un Agente de Salud Mental. Partiendo de la base que no existen
unicausalidades sino policausalidades deberemos tener en cuenta algunos puntos
principales, que por lo exiguo del espacio trataré de sintetizar:
1) Discriminación del profesional.
2) Falta de formación e información en la temática Transexual.
3) Agotamiento de conductas alternativas por parte de la persona Transexual.
4) Falta de oferta profesional especializada en áreas de Salud Nacional,
Provincial o Municipal.
5) Inexistencia de estudios, bibliografía o programas universitarios sobre la
temática.
Existen no pocas experiencias terapéuticas en que ciertos psiquiatras o
psicoanalistas han declarado en situación psicótica al paciente Transexual, sin
evaluar psicodiagnósticamente los elementos substanciales que se presentan. Esta
clasificación, totalmente errónea, permite al profesional encerrar una situación
con el fin de aliviar la angustia que lo "desconocido" produce. Se imprime un
marco terapéutico, un diagnóstico y un pronóstico a toda vista equivocado cuando
se parten de premisas falsas basadas en parámetros moralistas, sociales, éticos
y dogmáticos que no coinciden con la realidad de la persona que enfrentan,
produciendo así la "objetivización" del paciente, es decir, el paciente se
convierte en objeto, no en sujeto. Por otro lado, Otros "agentes de salud" tarde
o temprano tratan de "encauzar" las supuestas distorsiones de identidad u
orientación sexual. La derivación a especialistas en la temática pocas veces se
concreta por razones de ignorancia, económicas u omnipotentes. En forma
dialéctica debemos reconocer que es difícil, también para el profesional,
encontrar especialistas donde poder controlar o supervisar los casos. Asimismo,
deberemos tener en cuenta que detrás de todo profesional existe persona, con sus
miedos, fantasías e ignorancias, y en su afán de ayudar al Otro se encuadran en
una situación eminentemente iatrogénica (Iatrogenia: partiendo de la buena
voluntad de hacer un bien, producir un daño mayor). La discriminación es aún más
marcada en el consultorio del proctólogo, ginecólogo o médico clínico, por lo
que la persona transexual, cansada de rechazos, violaciones psíquicas y físicas,
agota sus conductas alternativas para solicitar ayuda en una búsqueda que no le
garantiza el acceder a un profesional idóneo.
No existe bibliografía que trate el tema de la transexualidad en forma seria,
por ende, muchos agentes de salud mental, haciendo una extensión ilícita,
encuadran los casos presentados dentro del dogma de las perversiones, parafilias
o psicosis. La propia historia sexual del agente de salud se vería seriamente
cuestionada si se deviene a encauzar, como corresponde, el encuentro terapéutico
y la empatía hacia una neurosis adaptativa teniendo en cuenta el discurso
manifiesto y latente del demandante.
Tampoco existe en los programas formales universitarios, estudios sobre la
temática sexual en general, menos aún podríamos esperar que se trate la temática
transexual en particular.”
El maltrato hacia la diversidad sexual, las distintas formas de la violencia
encubierta, el prejuicio parecen naturales. Parecen inherentes a la condición de
la diferencia. La sociedad no es visceralmente intolerante sino que gay,
lesbianas, travestis, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales
vienen a alterar el natural equilibrio que la biología establece.
Rara vez se habla del daño psíquico que estas situaciones de inermidad
propugnan, producen y sostienen. Mas bien se trata de características psíquicas
especiales, de psiquis retorcidas tributarias de sus particulares desviaciones
sexuales. La existencia de individuos que ejercen la diversidad sexual sigue
siendo en el siglo XXI una existencia amenazada. La sociedad soporta la
diferencia, que no es sinónimo de tolerancia. Mas allá de discursos modernos la
homofobia y la discriminación son habitantes cotidianos de nuestra comunidad. De
los distintos ensayos de defensa, el activismo por la conquista de derechos
propios parece uno de los remedios más eficaces ya que la sociedad,
independientemente que está produciendo mas anticuerpos que en otras épocas está
lejos de plantearse seriamente la erradicación de la discriminación.
Eva Giberti, refiriéndose a las personas transgénero nos regala un párrafo con
el que damos por finalizada la exposición:
“Necesitamos refinar los pensamientos y las percepciones desde una perspectiva
bioética acerca de esta categoría humana que remite a la existencia del sujeto.
Al mismo tiempo que enciende un interrogante mayor:¿por qué pensar que nosotr@s
, estas personas que nos inscribimos con mayúscula NOSOTR@S en el Libro de la
Vida( §) sintetizamos , concentramos y representamos el universo de lo posible?
Las personas transgenero¿no están inscriptas en ese Libro?¿O sus nombres han
sido borrados?¿Por qué inferimos que las disciplinas que pretenden abarcar la
explicacion,el diagnóstico y el trato recomendable para convivir con las
personas transgenero pueden tomar posesión y clausurar la comprensión y el
conocimiento de aquello que los transgeneros sean? En lugar de tales inferencias
correspondería ontologizar la certeza de nuestras ignorancias”
Buenos aires, 24 de Junio de 2006
Bibliografía
Eva Giberti: Tránsgéneros, ¿Psicopatología y/o Bioética?
Elisabeth Roudinesco: La Familia en Desorden
Jorge Horacio Raíces Montero: Introducción a la Historia clínica de la Transexualidad