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La Movida Santiagueña. (De La Casa a La Plaza.)

 

Jorge Garaventa.

 

 

Para Ada Albanesi y Fernando Garay,

fogoneros de “La Movida Santiagueña”.

 

 

“Lo que di en llamar La Movida Santiagueña fue un trabajo en conjunto que nos planteamos desde el Foro Ética y Psicología y que llevamos adelante en octubre de 2003 en Co-organización con la Red por una Cultura por la No Violencia en Santiago del Estero.

Lo que iba ocurriendo fue trasmitido a diario al Foro virtual permitiendo entonces que muchos integrantes se sintieran partícipes de esas actividades...” *

 

 

Advertencia: Verá el lector algunas idas y vueltas en el relato que conducen de la tercera a la primera persona y viceversa. No se trata de errores en la redacción sino de aquello que ocurre en los emprendimientos colectivos donde el yo y el nosotros va y viene en un interjuego que, lejos de ser pensado como indiscriminación, da cuenta de fortalecimientos mutuos. El yo se refuerza cuando se resume en un nosotros. El nosotros nutre inagotablemente al yo. Buena pareja.

 

¿Cuántos años pasaron desde entonces? Depende de qué. ¿Son dos procesos o dos etapas de un mismo proceso? ¿Se puede independizar la “Movida Santiagueña” de la creación del “Proyecto Listas y Foros” o, a esta altura, ya no es pensable el uno sin el otro?

Desde entonces hemos hablado muchas veces de esta serie de actos que vivimos en Santiago del Estero, dos libros han reproducido las crónicas e Internet las ha catapultado en los más diversos rincones del planeta. Es la primera vez que vamos a intentar mostrar el proceso interno que, partiendo de una singularidad de una trasnoche de sábado, tiene su epicentro en el protagonismo en una marcha que, con 5.000 personas, ponía en jaque un poder patriarcal luego de decenas de años de sumisión. Se trata entonces, anticipando un final, de establecer constelaciones de personas y grupos sociales que producen efecto en la cotidianeidad.

La movida dio por tierra con el prejuicio acerca de la virtualidad volátil de los espacios con soporte informático. Aunque entonces no era exactamente un prejuicio. Hacíamos nuestros primeros pasos en Internet y nos parecía extraño que detrás de esas prolijas letras de molde hubiera efecto de red. Y justamente de esto se trata.

 

Los medios, la televisión, los diarios, la radio, nos requerían a cada momento. Todavía con la inocencia de que esta movida es nuestra cuando en realidad se mueven allí, en cada uno de ellos, las ganas de una vida digna, al menos en los muchos que no la tienen...” *

 

Nos quedó sencillamente la duda: ¿las redes son o se hacen?, duda que puede presumir de innecesaria porque lo cierto es que, cuando hay movimientos, el trazado circula con potencia que rápidamente es propia. La otra cuestión es que las redes se nutren de redes para su subsistencia y que los efectos de esta mega interrelación no necesariamente son direccionables.

Resumamos previamente de qué se trató la “Movida Santiagueña” aunque para una información más completa remitimos a la página http://www.jorgegaraventa.com.ar/   donde las crónicas de entonces y algunos artículos conexos darán una muestra más aproximada de los hechos.

Cuando el año 1998 cursaba su último mes nacía lo que hoy llamamos el  “Proyecto listas y Foros” pero que entonces era apenas un simple listado de no más de 30 direcciones de correos a las que comencé a enviar alguna información sobre psicología, cultura, política o problemas de la niñez.

Sin dudas fue estar en el lugar indicado y en el momento adecuado ya que, con los meses, el espacio comenzó a crecer geométricamente.

Las listas descansan en la pasividad del recipiente, (acotamos esta pasividad cuando en un momento se estableció, que aunque simple, cada participante debía realizar y luego confirmar su trámite de suscripción, lo cual significaba algún grado mayor de compromiso) razón por la cual en poco tiempo se hizo necesario otro tipo de herramienta.

Nacieron entonces los foros por correo electrónico. El recipiente cobraba protagonismo a través de su palabra, la participación pasó a ser la conducta esperada y "Ética y Psicología", el primer foro, sinónimo de "Las Listas".

Estábamos en mayo de 2001. El 19 y 20 de diciembre ya se empezaba a oler en el ámbito social.

Nuestros espacios fueron perfilando especificidad temática y contundente presencia como fuente de opinión, lo que llevó a que los integrantes del espacio tuvieran opinión válida para los medios de comunicación masiva y para los mal llamados alternativos. Personas e instituciones constituyeron un nuevo entramado. Cada quién era, en sí mismo, vértice de otras redes.

Por cuestiones diversas nuestros espacios fueron constituyéndose en epicentro de análisis, denuncia e intervención en temáticas de abuso sexual infantil, y violencia y maltrato hacia la mujer y la niñez. Se verá que ésta fue la puerta de entrada para los acontecimientos que hoy describimos.

 

“No hay una cruzada moral sino una reivindicación de los derechos de los niños, los enfermos mentales y de una praxis profesional en función social... ” *

 

Todo pareciera indicar que nuestra pregunta comienza a tener una respuesta. Las redes existen y constantemente se reproducen, o sea, producen efecto de red. Queda claro en nuestra experiencia, que -se tenga conciencia teórica de ello, o no- la vitalidad, la operatividad, y en nuestro caso, la función social, es provista por la forma de intervenir en ellas.

Existía nuestra red virtual y existían las santiagueñas. Alguien lanza una soga desde allá y alguien anuda desde aquí. Así, tan simple como complejo, comienza el tejido de un efecto contundente: La Movida Santiagueña”.

 

“Y la gente dijo presente desde una asombrosa transversalidad, desde el rector de la Universidad de Santiago del Estero hasta aquella campesina analfabeta, o el joven ex adicto que quería decir lo suyo...” *

 

¿Cuál fue la esencia anecdótica de la movida?  Aquí un relato: Todo empezó con un correo electrónico en el que se denunciaba una situación de injusticia y persecución en Santiago del Estero. La relectura de ese mensaje iba a cambiar totalmente no sólo la dinámica del foro sino que marcaría claramente la subjetividad de cada uno de los que participamos en todo lo que vendría.

Una decisión previa fue difícil pues implicaba dar datos que permitían, con bastante certeza, saber quién era la niña de la que se hablaba en esa denuncia. Los familiares no tuvieron más remedio que hacerlo. Comprendí y seguí el ejemplo.

Una niña de 3 años había sido incestuada sistemáticamente por su padre y -pese a las evidencias comprobables- la justicia insistía no sólo en la revinculación sino en restablecer la normalidad de las visitas a la casa del padre, aunque los peritos oficiales habían señalado el alto grado de probabilidad de que el abuso hubiera continuado en las visitas, luego de la separación de los cónyuges.

Éste es el momento de aclarar que el padre biológico de la niña era un miembro encumbrado del poder entonces gobernante en Santiago del Estero.

En un momento el juez decide levantar la medida cautelar y autorizar al padre a retirar a la niña y llevarla a su domicilio. Éste, en días previos, había golpeado a su ex mujer y a su ex suegra y había amenazado violentamente a una trabajadora social del juzgado interviniente.

Enterada de esta actitud, la madre decide huir con sus hijas a Jujuy, el juez la declara prófuga y ordena su captura.

Las fuerzas policiales que inician la cacería eran conducidas, de hecho, por el abusador. Una infidencia permite a los familiares de la niña enterarse de que el plan era asesinar a la madre, con el pretexto de resistencia y puesta en peligro de las niñas y es ahí donde se decide hacer una conferencia de prensa denunciando la situación, responsabilizando al juez y a las autoridades por la vida de las niñas y su madre, y se lanza la cadena de mensajes por Internet. Mediante nuestra intervención, Clarín y Página 12 toman la noticia -que también publicó El Liberal de aquella provincia- lo cual, ante tanto movimiento público, obligó al juez a dar marcha atrás en las medidas.

Las niñas y su madre volvieron a Santiago; la medida cautelar siguió vigente pero el expediente quedó paralizado. Era una Espada de Damocles sobre la cabeza de la niña y una evidente privación de justicia.

Junto a la red Vida Digna en Santiago del Estero, decidimos una serie de actividades que incluían cuestiones políticas, profesionales-formativas, de género y de denuncia, que culminarían en conferencia de prensa, participación en la marcha de familiares de las jóvenes asesinadas en la Dársena y un psicodrama público.

 

De la cocina nos traen, ahora con confianza, a un niñito desnutrido que están recuperando. Es por el que se armó el lío el año pasado, el que salió en todos los diarios. Lo tenemos escondido porque, como no se puede hablar de desnutrición, vienen de salud pública y se lo llevan y no nos dejan verlo. Ya ha pasado con otros. Los secuestran.
Allí estábamos, en una provincia que oficialmente no tiene desnutridos
estábamos frente a uno de ellos...” *

 

 

La repercusión en los medios, en la justicia y en la población en general fue tal que no pocos santiagueños sostienen que fue un grano más para la caída del poder de entonces. De hecho, nuestras denuncias fueron incluidas tanto en el pedido como en los fundamentos de la intervención a la provincia.

 

“De pronto estaba allí, en un lugar no buscado pero encontrado, los santiagueños me daban un premio, compartir el dolor de tanta muerte injusta.
Los reflectores de la televisión ardían en mi cara, los grabadores del periodismo amenazaban, los flashes semejaban un macabro juego de artificio.
Parecía que el corazón se iba a escapar por la garganta, el silencio y la mirada de las 5.000 personas esperaban algo de lo que por un momento me sentí incapaz. La presencia de Marty y su hija, que esperan justicia por el incesto sufrido, me empezó a dar fuerza. Los padres de las niñas asesinadas me escoltaban expectantes. ¿Si ellos estaban allí, si ellos pudieron, cómo no iba a poder yo?
Buenas noches, dije... yo sólo soy un militante de la vida. Santiago pegó el grito y aquí estamos, por las niñas asesinadas y por otras muertes, por esa muerte cotidiana, en cuotas, que es el maltrato a los niños, el abuso sexual infantil, y el más aberrante de los delitos que es el incesto paterno filial, aquello de lo que los poderes, el patriarcado, no quieren que se hable.
Santiago parece querer empezar a hablar, Santiago está en movimiento. Esta marcha es parte del árbol de la vida, éste es uno de sus brotes que quiere ser flor. Dicen que decía Neruda...se podrán arrancar una flor, dos flores, muchas flores... pero ya no podrán detener la primavera.
Dejé de escuchar... apenas podía ver... los padres de Leyla y Patricia me abrazaban emocionados, agradeciéndome estar allí. No comprendía. Desde su dolor me regalaban una experiencia, luego de la cual, muchas cosas ya no serán iguales para mí. Me dejé abrazar y abracé, a muchos, ya no sé a quiénes porque ya no veía nada, ahora sí, mis estrategias para eludir el llanto necesario habían sido derrotadas...” *
 

A los pocos días de establecerse la Intervención al Poder Ejecutivo de la provincia, el abusador es imputado y detenido.

 

“...hasta aquí, la movida santiagueña. Gracias a Uds. por seguir estas crónicas, por soportar los mensajes repetidos, porque por unos días se frenó otra información. Les puedo asegurar que valió la pena, que los foros valen la pena, que Uds. lo valen y que cuando se tiene un sueño, con trabajo, con ganas, con amor, ese sueño es posible...” *

 

Redes y Virtualidad. Apenas un esbozo para empezar a pensar. ¿Hubiera sido posible la movida sin las redes virtuales? ¿Qué hubiera pasado con La Movida sin las crónicas que le dan permanencia en el espacio virtual y participación a los lejanos?

Internet, la red de redes, es toda una incógnita, pero se la presume como una filosa herramienta cuando la implicación se efectiviza en función social. La movida fue eso y mucho más.

 

·         Los párrafos entrecomillados y en negrita son fragmentos de las crónicas de la Movida Santiagueña.