Fundación San Javier
para el Desarrollo Integral de Niños y Jóvenes
II Jornadas Abiertas de Psicoanálisis y Comunidad
“EXCESOS, ABUSOS, VIOLENCIA Y MALTRATOS CONTRA NIÑOS:
INTERVENCIONES EN LO REAL”
Análisis crítico del Síndrome de Alienación Parental y otras Co-construcciones
Lic. Jorge Garaventa
Así concluyo que de una emoción individual inicial, se fue generando un estado de conmoción colectiva, en el que cada padre fue consolidando una presunción en forma irreflexiva, de la misma forma que se pude llegar a contagiar un delirio, a modo de Sugestión, Psicosis Inducida o Delirio Colectivo,
“…hay víctimas con una personalidad histérica, en las que imaginan que han sido atacadas…y hacen denuncia de delitos inexistentes…”.
Citas del Fallo Melo Pacheco, absuelto de la acusación de
abusar de 39 alumnos de un jardín de infantes
Quiero manifestar mi profundo agradecimiento a Fundación San Javier y a las
almas mater y pater de estas Jornadas, nuestros queridos Macarena Cao Gené y
Alberto Díaz, agradecimiento que apunta no solamente a mi inclusión en este
panel sino a la consolidación de este espacio de formación, imprescindible en
los tiempos que corren.
El año pasado nos alegramos ante la convocatoria en la Facultad de Psicología de
la UBA que superó los mas optimistas pronósticos. Estas segundas Jornadas,
pródigas de temáticas que dan cuenta del entrecruzamiento de nuestro quehacer
psicológico con otras disciplinas como las ciencias sociales, el derecho y la
educación hablan, desde la voz de la mayoría de los panelistas cuyo compromiso
con la niñez es probado y evidente de una invariante social que conmueve: el
abuso y maltrato hacia los niños y las niñas es un dato que crece al mismo ritmo
que su visibilización porque como bien sabemos y nos decía anoche Mary Befoff,
si las declamaciones no van acompañadas de acciones específicas que permitan la
efectiva aplicación de los avances en las distintas disciplinas la situación es
de estancamiento pleno.
En ese sentido la visibilización de situaciones de abuso sexual y maltrato hacia
la niñez y violencia hacia la mujer sin crear las adecuadas condiciones que
posibiliten su prevención, combate y erradicación termina laborando para la
naturalización.
Saludamos entonces la realización de estas segundas jornadas y la explosión en
las inscripciones, muestra alentadora del interés creciente hacia la necesidad
de incorporar conocimientos y prácticas aún ausentes en la enseñanza oficial.
Este espacio que hoy celebramos será sin duda clásico esperado el año entrante.
Nos preocupa y ocupa hoy, como venimos diciendo en cada escenario, la
imprescindible formación que posibilite un actuar responsable; y esa formación ,
para ser adecuada deberá dotar no solamente de herramientas teóricas y prácticas
probadas sino de elementos conceptuales útiles para refutar técnicas y teorías
sin sustento científico pero de amplia aceptación en estrados judiciales donde
la concepción patriarcal dominante sostiene la indisolubilidad de la familia por
encima de abusos, maltratos e incestos cuyas víctimas son siempre e
irremediablemente los niños y las niñas. Justo es sostener que dichas teorías
provienen y son sostenidas por representantes tanto del sector judicial como de
la salud mental.
Si nos detenemos en estas situaciones no es por mera competencia teórica sino
porque la aplicación de estas teorías y técnicas viola no solo tratados sobre
derechos consagrados sino la constitución Nacional misma que da rango orgánico e
ineludible para nuestro país a la Convención Internacional Por Los Derechos De
La Niñez al incluirlo en su articulado.
Adivinando caras de sorpresa e incluso de ironía no está de mas recordar que la
Lic. María José Blanco Barea, una de las mas prestigiosas juristas españolas
aboga hace ya bastante tiempo por la declaración de insconstitucionalidad en su
país a la aplicación de un supuesto síndrome al cual nos referiremos de
inmediato.
La fundamentación alude a la descalificación de la palabra del niño y la
consecuente revictimización.
Para entender este recorrido es necesario puntualizar de que se trata lo que es
conocido como el backslash en general y el backslash argentino en particular.
El backslash es una reacción violenta, sistemática y organizada que surge
originalmente en EEUU y tiene como objetivo aniquilar la voluntad de quienes
vienen denunciando el abuso sexual infantil. Dicho movimiento se expande luego
hacia España y finalmente llega a nuestro país. El ex Juez de Familia Eduardo
Cárdenas fue el encargado de fogonear el bautismo criollo del movimiento a
través de un artículo de dudosa ética que apuntó a desmoronar los servicios
públicos y desmoralizar a los profesionales que se dedicaban al tema. El convite
fue aceptado por el patronato judicial y por agrupaciones como APADESHI y ANUPA.
Conjuntamente con algunas acciones mafiosas, de origen sospechado pero no
pasible de ser probado, una batería de construcciones seudo científicas empezó a
poblar los estrados judiciales, algunas de las cuales se destacaron por tener
una dosis mas de prolijidad, pero fundamentalmente difusores en la prensa, la
justicia y algunos ámbitos científicos.
Nos referimos concretamente al SAP, síndrome de alineación parental cuyo
ideólogo es el psiquiatra estadounidense Richard Gardner y últimamente entre
nosotros el ex Juez de Familia Eduardo Cárdenas, y la Teoría de la Co
Construcción de Relatos de Abuso Sexual Infantil, teorizada por el Dr. Eduardo
Padilla, asiduo perito de parte de supuestos abusadores en Juicios generalmente
de alta presión mediática.
Otros impulsores de teorías que visualizan la dupla madre- niño como
conspirativa contra el padre, como el Dr. Carlos María Díaz Usandivaras no han
adquirido aún el vuelo teórico o militante que amerite detenernos por ahora en
sus afirmaciones.
Para despejar posibles interrogantes señalamos que el crecimiento de esos
constructos surge al calor de la aparición de sujetos con poder y/o miembros de
instituciones tradicionales involucrados en abusos sexuales o incestos paterno
filiales.
El caso mas reciente es el de un colegio religioso de Mar del Plata. Un profesor
de educación física fue absuelto de la acusación de haber abusado de treinta y
nueve niños del jardín de infantes. Desde las primeras instancias del juicio el
obispado puso todos sus recursos económicos y políticos al servicio de la
defensa, actitud que deja de ser llamativa cuando se comprueba que de prosperar
ese primer juicio tendría serias posibilidades de ser condenado en un segundo
juicio un sacerdote, responsable espiritual de los colegios católicos de la
localidad y que ha sido involucrado reiteradamente por los relatos de los niños.
Mientras que el SAP es construido en base a premisas científicas sin sustento,
la teoría de la Co Construcción intenta sostenerse además en estadísticas
falsas, erróneas o manipuladas.
Según Gardner el SAP es el rechazo de los hijos hacia uno de sus progenitores
como consecuencia de la programación que el otro hace en ellos.
Como dice Blanco Barea, que esto sea así o no, no está demostrado
científicamente. Las principales academias americanas han rechazado su
construcción, fundamento y aplicación y los reiterados intentos de los
seguidores del psiquiatra norteamericano no han logrado su inclusión en el DSM
IV. Lamentablemente Gardner se quitó la vida en el 2003 lo cual impidió poder
confrontar seriamente con el sus ideas.
No es aleatorio establecer que padecemos esta epidemia como uno de los efectos
no deseados de la globalización que permite introducir maliciosamente en algunos
casos y erróneamente en otros, realidades que corresponden al sistema judicial
estadounidense.
La terapia que propone comienza con una mediación a cargo del psicólogo y si
esta no da resultado el juez deberá cederle a aquel la conducción del proceso
quien decidirá visitas y contactos con el respaldo de la coerción judicial.
La desprogramación estará a cargo del padre alienado quien seguirá estrictamente
las indicaciones del terapeuta.
Si esta etapa no diera resultado y el niño siguiera sin aceptar plenamente a su
progenitor, el paso siguiente sería la internación en un centro reformatorio o
psiquiátrico separándolo del alienador.
Tanto Gardner como sus seguidores nunca aceptaron la responsabilidad por los
suicidios de niños ocurridos mientras se desarrollaba el proceso,
independientemente de que en su página web advierte que un error diagnóstico
puede acarrear traumas severos en todos los involucrados en el proceso.
Si bien el tiempo no nos permite extendernos vemos que el SAP se fundamenta en
una concepción pre patronal del niño, sin palabra propia, alienable y proclive a
renunciar a sus afectos por presión de otros.
La terapia propuesta, como sostuvimos anteriormente es sencillamente vejatoria
de la concepción del niño como sujeto de derechos y violatoria de toda normativa
vigente. Además en las antípodas de lo que se pueda considerar una intervención
terapéutica o reparatoria de derechos conculcados como debería plantearse tanto
el derecho como la psicología o el psicoanálisis.
Para ir cerrando, algunos párrafos sobre la Teoría De La Co Construcción De
Relatos De Abuso Sexual Infantil. El Dr. Padilla parte de una falsa premisa, la
alarmante cantidad de denuncias de abuso sexual infantil que resultan finalmente
falsas. En realidad y como vienen haciendo quienes trabajan para desacreditar
estas denuncias se suman las falsas denuncias cuya existencia es ínfima, con las
no consustanciadas, que son aquellas en que se considera que las pruebas no son
suficientes ya sea para sustanciar la causa como para condenar al supuesto
abusador. De la misma forma se suman aquellos a quienes se les ha declarado
falta de mérito con quienes han sido víctimas de una falsa denuncia.
Padilla sostiene que la co construcción del relato de la madre con el hijo para
acusar al otro progenitor se da frecuentemente en el marco de las rencillas de
divorcios violentos. La alegada frecuencia no tiene correspondencia en los
estrados judiciales ni tampoco se comprueba en las distintas intervenciones
periciales.
Una derivación de este constructo fue utilizado por el tribunal marplatense en
el caso ya citado y con la mención específica de Padilla al alegar que el relato
de los veintidós niños participantes en esta etapa del juicio habría sido co
construido por padres, madres y psicólogos según el caso y que el pánico
colectivo habría hecho el resto.
Padilla llama a descartar cualquier material que provenga de ámbitos
terapéuticos ya que considera que los mismos siempre son contaminados por la
subjetividad del terapeuta que sería entonces proclive a la victimización de su
paciente.
Sostiene que las esperables lagunas en la memoria de los niños pequeños son
rellenadas por el discurso del progenitor denunciante.
También en una afirmación osada que ha causado estragos sobre todo en jardines
de infantes sostiene que podemos estar ante una confusión por los usos y
prácticas normales que se llevan a cabo como parte del cuidado e higiene de un
niño.
Tanto los relatos de los niños abusados como las producciones gráficas de los
mismos están lejos de alentar la posibilidad de este tipo de confusiones.
Pero la osadía no se detiene: en una afirmación carente de cualquier validación
científica sostiene que es prácticamente imposible diferenciar el trauma que
produce un divorcio en un niño que el que produce un abuso sexual infantil. De
mas está señalar el mensaje moralizante que tal afirmación conlleva.
Los últimos esfuerzos de un escrito que no tiene desperdicios apunta a la
patologicación del denunciante, generalmente la madre, quien portaría una
personalidad de tipo paranoide, histriónica y manipulativa, o con tendencias "borderline".
Este pretende ser apenas un mostrario de una situación de extrema gravedad que
afecta a la infancia abusada y que merece que invirtamos esfuerzos para
desarticular estas falacias denigrantes hacia la palabra del niño.
Por supuesto que existen falsas denuncias, intentos de co construcción más o
menos fallidos y niños sugestionados. En todos esos casos hablamos de violencia
emocional contra el niño y los relatos caen rápidamente ya que tenemos
herramientas idóneas y probas para encarar la validación de la palabra del niño.
Nosotros somos la infancia de ayer, cargamos en nuestras historias personales y
sociales las consecuencias de la impunidad de los maltratos y abusos a los que
fuimos sometidos. Tenemos la posibilidad de intentar algo distinto. Un niño que
recobra su sonrisa hace valioso nuestro paso por las ciencias. Muchas gracias!!!
Noviembre de 2006