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La Yerra

 

Jorge Garaventa*

 

La yerra es una singular fiesta campestre que consiste en marcar el ganado con hierro caliente demostrando propiedad. Vaya uno a saber cual fue el principio pero lo cierto es que la violencia contra la mujer tiene asombrosas similitudes con aquella celebración de hombres.. Poetas y cantantes homenajearon “la marca”. Quién no recuerda aquel vals peruano con que Rosamel Araya “elogiaba” a sus enamoradas: “Para que sepan todos a quien tu perteneces, con sangre de mis venas te marcaré en la frente. Para que te respeten aún con la mirada y sepan que tu eres mi propiedad privada”.

Lejos de ese “romanticismo” sesentino la violencia machista rompe huesos, apuñala, trompea, quema…Y los cuerpos de las mujeres, las que sobreviven, son transporte vivo de esa marca que si va acompañada de impunidad, naturaliza, habilita y atemoriza. No se conoce un solo caso donde tras una muerte anunciada, (Una por día en Argentina), los agentes del Estado, responsables de prevenir, hayan sido sancionados por incumplir sus funciones.

La sociedad, valen las excepciones, ajeniza a las perdedoras y se identifica con el fuerte. Un tenebroso dicho popular grafica: “tal vez el hombre no sabe bien porqué le pega a una mujer, pero ella sabe que se lo merece”. La Cultura Patriarcal, recreada tanto por hombres como por mujeres hace centro en la desvalorización de la mujer. El ensalzamiento del sexo fuerte hace el resto.

No sabemos, aunque sospechamos, qué pudo haber pasado con Wanda. Es llamativa la apresurada declaración pública de este hombre, el fiscal, que pone sus fichas en la integridad de las palabras del acusado, aún contra las evidencias físicas que al menos generan dudas, y sin aguardar ningún tipo de pericias. Eso se suele llamar solidaridad de género mal entendida. Wanda está marcada, de por vida, y quien debía querellar en su nombre decide creerle a quien hasta hoy, para la Justicia, es su supuesto agresor. Lo mas grave es que la palabra de ella ha sido desechada antes de pronunciarse, si es que un día puede hacerlo.

Los multimedios han hecho eje en la posibilidad del accidente y en consecuencia, en la injusticia y el sufrimiento que significa estar preso. Poco y nada se dice de Wanda y su pelea con la muerte, que si la gana le asegura años de dolor extremo y horror psíquico. Si asumimos que los multimedios suelen trasmitir el pensamiento medio, sin filtros, ¿será muy atinado afirmar que para el colectivo social, él está cursando su destino de hombre y ella el de mujer?

 

*Psicólogo